Perder peso y mantenerlo se ha convertido en una meta importante para casi
todos en el occidente industrializado y cada vez más, en muchas partes de Asia
donde este era, hasta hace muy poco, un problema menor. Los estudios sugieren
que la combinación de las dietas malsanas, sumado al consumo desmedido de los
alimentos procesados, sin mencionar la comida chatarra, junto con un estilo de
vida más sedentario, han desequilibrado nuestro metabolismo. La sobreabundancia
y sobretodo barata y siempre disponibles comida chatarra han resultado en una
epidemia de obesidad atacando a las personas en edades más
tempranas.
Muchos habrán visto los esfuerzos de la primera dama de
Estados Unidos para cambiar los almuerzos escolares e impulsar alternativas más
nutritivas y saludables a nuestros hijos, con resultados muy desiguales hasta
ahora. El hecho del asunto es que estos hábitos empiezan en casa. La economía
está obligando a la gente a cortar todos los aspectos de sus vidas, siendo uno
el de los alimentos. Con menús de un dólar convirtiéndose en la norma de todos
los restaurantes de comida rápida, las alternativas saludables son incapaces de
competir por 1 dólar por el consumidor promedio.
Pero nosotros no estamos
hablando de la sociedad en general, estamos hablando de ti. Y el hecho de que
aquí estás leyendo esto me dice que tienes la motivación para hacer un cambio,
la inteligencia para hacer los deberes y poner su plan en acción.
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